Durante el decenio 2010 el consumo de los hogares representó aproximadamente dos terceras partes del Producto Interno Bruto de Costa Rica. Este dato refleja la relevancia del gasto de los hogares en la dinámica de la economía del país, y al mismo tiempo, la susceptibilidad que tiene la misma cuando factores influyen de forma negativa sobre el ingreso de las personas.
La crisis provocada por la pandemia llegó a impactar directamente el consumo. Por ejemplo, el Banco Central de Costa Rica estima que esta clase de consumo disminuyó 4,3% en 2020 en relación con la cifra del 2019. Dicho fenómeno no solamente incide sobre el dinamismo de la economía, sino que en las arcas del Estado también, ya que el Ministerio de Hacienda reportó una caída interanual en los ingresos por consumo de 7,9% en 2020.
Analicemos algunos canales mediante los cuales se transmitieron los choques y lo que se espera de ellos en 2021. Si bien es cierto que pueden existir una infinidad de razones por las cuales los hogares disminuyeron su consumo, podríamos rescatar las siguientes tres:
Expectativas. En Economía, las expectativas desempeñan un papel fundamental para explicar los fenómenos económicos y para prever el comportamiento de algunas variables en el futuro.
Según el Índice de Confianza del Consumidor de la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica, los consumidores tuvieron una percepción negativa en 2020 sobre la economía. A pesar de que el índice refleja una mejoría en 2021 en la confianza de la población, sigue prevaleciendo un sentimiento de pesimismo.
Desempleo. Un factor que perjudica el consumo de los hogares radica en la disminución, permanente o parcial, de su ingreso. En este sentido, la tasa de desempleo durante el trimestre de Noviembre 2020 – Enero 2021 cerró en 19,1%, lo cual supone un incremento interanual de 6,8%. Si bien es cierto que la tasa de desempleo ha mostrado una leve mejoría en los últimos meses, el nivel sigue siendo preocupante para nuestro país, ya que esta situación deteriora el ingreso en las viviendas.
Restricciones en movilidad. Las restricciones de movilidad impuestas por el Ministerio de Salud para detener el avance de la pandemia redujeron el flujo de movimientos en las personas, y así el consumo de las mismas. Dejando a un lado el debate acerca de si las restricciones fueron
excesivas o no, lo cierto es que tuvieron un impacto negativo sobre la dinámica del país. Más allá de que las personas hayan buscado métodos alternativos para hacer sus compras, como el comercio en línea, esto no compensó la caída en el consumo por las medidas impuestas en
2020.
Los tres factores mencionados anteriormente han perdido peso en los últimos meses, quizás no en la magnitud deseada, pero es de esperar que i) poco a poco las personas sientan más confianza conforme se vaya superando la pandemia, ii) la tasa de desempleo regrese a los niveles previos de la pandemia, y iii) las restricciones en movilidad se vean reducidas – lo cual ya está sucediendo.
El incremento en el consumo de los hogares durante 2021 podría ser impulsado, no solamente por una mejora en los tres factores que acabamos de revisar, si no que elementos adicionales podrían contribuir positivamente en el auge de dicha variable. Una campaña de vacunación transparente y eficaz brindaría elementos suficientes a la población para mejorar sus expectativas sobre la forma en la cual el país está afrontando la pandemia. Instituciones del sector financiero, como el BCCR y el Consejo Nacional de Supervisión del Sistema Financiero pueden estimular, o al menos no frenar el consumo; el primero aprovechando la baja inflación para mantener una política monetaria expansiva, y el segundo promulgando medidas especiales en el sistema financiero en favor de los deudores, tal y como las medidas impulsadas en 2020 y mantenidas en 2021. Finalmente, desde los diferentes poderes de la República, pueden surgir iniciativas para promover una mayor actividad económica en el país.
El consumo de los hogares es un factor clave en la recuperación de Costa Rica. A pesar de que algunos de los factores que incidieron negativamente sobre el consumo estén perdiendo su fuerza por el posible fin de la pandemia, esto no será suficiente. En diferentes países, como Estados Unidos y Japón, el gobierno ha tenido una posición fiscal expansiva para activar la economía; no obstante, dada nuestra delicada condición de las finanzas públicas, hacer algo similar resulta complicado. Es aquí donde deben surgir propuestas creativas y acordes a nuestra realidad para estimular la demanda.
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