Pandemia, desempleo y pobreza: la solución es compleja

Si el camino es largo y difícil no se recorre con pocos ágiles pasos.

La tentación del político es ofrecer la solución inmediata y sin esfuerzo. La tentación del ciudadano es creer en las ofertas del realismo mágico. La campaña electoral es campo propicio y catalizador para que en la post pandemia caer en esas dos tentaciones pueda conducirnos a una explosión social.

No cabe vivir de falsas ilusiones.

Los datos de la Encuesta Continua de Empleo (ECE) de abril nos habían permitido creer que gracias a la paulatina recuperación de la producción seguía aumentando la población ocupada, a pesar de las nuevas restricciones por el incremento de la pandemia.  La pandemia había causado su máximo perjuicio al empleo en julio de 2020 cuando había disminuido en 504.228 el número de trabajadores con empleo, una disminución de casi una cuarta parte respecto a febrero previo a la pandemia. La disminución afectó más gravemente a mujeres que hombres, a personas en la informalidad, y a los grupos con menor edad.

De setiembre 2020 a enero se dio mes a mes una recuperación importante en el número de personas ocupadas, con un aumento mensual promedio de 43.572 nuevos empleos. La recuperación en el último mes del año pasado y el primero de este fue muy significativa. Pero febrero y marzo nos trajeron malas noticias. En febrero solo se ocuparon 7860 nuevos puestos y en marzo insignificantes 51. Por eso nos alentó el resultado de abril con la generación de 24.338 empleos. Pero la medición del trimestre terminado en mayo resulta en una disminución de 14.477 empleos, afectando esta caída más a hombres que a mujeres, aunque respecto al período previo a la covid-19 todavía es mayor la proporción de plazas perdidas para mujeres que para hombres.

Como lo hemos venido señalando el desempleo generado por la pandemia en Costa Rica es el más alto de América Latina, y el doloroso nivel de ese desempleo que sufrimos es el mayor entre los países de la OCDE. Además, el crecimiento económico que experimentamos desde el segundo semestre de 2020 se basa muy principalmente en el régimen especial que demanda trabajadores con altas cualificaciones cuya oferta es muy limitada, y es mucho menor la recuperación en el régimen definitivo que aporta un 90% de la producción nacional y demanda trabajadores con menores cualificaciones, entre los cuales hay mayor desocupación.

Esas circunstancias de nuestra coyuntura económica aumentan significativamente el nivel de pobreza como ya lo señaló la Encueta de Hogares del año pasado.

Por consiguiente, es claro que el tema principal de las políticas económicas y sociales es la generación de empleo, y dado el aumento tan grande que ha tenido la informalidad a partir de 2010, buena parte de ese esfuerzo debe ser para generar empleos formales que, al menos para las actividades de personas con pocas cualificaciones laborales, garanticen acceso a la seguridad social y a la protección de la legislación laboral. Los trabajadores con salarios altos como los profesionales y el personal técnico de la economía gig pueden mejor protegerse a sí mismos.

El mayor problema para enfrentar el desempleo tan cruel para personas y familias es que su solución es muy compleja, pues son muchas variables las que las políticas públicas deben afectar para ser exitosas. Presento una simple enumeración con mínima explicación.

  1. Es esencial controlar la pandemia porque si ella se agrava obliga a mayores restricciones al contacto social. Por eso la primera línea de acción es vacunar a la población. De lo contrario las necesarias restricciones sociales impedirán acelerar la generación de empleos. Además, las medidas preventivas deben ser focalizadas geográficamente y por actividades para que tengan el menor impacto negativo económico posible.
  2. Deberemos ser inclaudicables en la disminución del déficit fiscal, generación de superávit primario y reducción del peso de la deuda sobre el PIB. De lo contrario las altas tasas de interés y la incertidumbre impedirán la inversión local y extranjera necesaria para la generación adecuada de empleos.
  3. La política monetaria deberá continuar garantizando que se cumplan las metas inflacionarias y responder a la difícil circunstancia que se presentará cuando la rápida recuperación de los países desarrollados los lleve a adoptar políticas monetarias y fiscales restrictivas, que implicarán aumento de las tasas de interés internacionales y mayores dificultades para atraer inversión directa extranjera. Será necesario atender simultáneamente a la necesidad de dar estímulos a los sectores productivos más afectados (turismo, construcción, algunos sectores comerciales) y a la estabilidad monetaria. Es preciso cambiar la composición de la deuda pública para enfrentar menores tasas de interés.
  4. Desdichadamente habrá empresas no viables para el futuro, por lo que los problemas de liquidez y solvencia deberán atenderse solo para las que sean viables a mediano plazo. Ya los tribunales dedicados a la liquidación de empresas no dan abasto, por lo que será necesario fortalecer su capacidad de acción y efectuar las reformas que OCDE ha recomendado.
  5. Dado el tiempo que tomará recuperar niveles de ocupación razonables no puede dejarse de atender a las familias pobres más necesitadas. En medio del estrujamiento fiscal que necesariamente se dará para cumplir a rajatabla con la regla fiscal, será necesario abrir espacio para incrementar programas de transferencias a esas familias.
  6. Es preciso que aumenten la competencia, la innovación, la productividad y el acceso a buenos mercados de las empresas que generan empleo para mujeres, trabajadores con pocas cualificaciones y jóvenes. Esto llama a mayor apertura comercial hacía mercados que demandan este tipo de bienes, como los de la Alianza del Pacífico. Ser inflexibles en la lucha contra monopolios, carteles y regulaciones proteccionistas de empresas públicas y privadas, especialmente los que inciden en el costo de los bienes de consumo masivo que afectan principalmente a las familias de escasos recursos. Realizar sin contemplaciones las reformas necesarias para bajar los costos de la energía eléctrica. Revisar de verdad las regulaciones existentes para eliminar las que causen costos injustificados y aumentar la productividad de los servicios públicos.
  7. Es necesario mejorar la empleabilidad de los desempleados. Esto requiere que se aplique con celeridad y eficiencia la reforma al INA para intensificar la capacitación laboral en los sectores que generan empleo. Demanda hacer más atractivos los colegios técnicos (por ejemplo, como lo recomienda la OCDE, bajar a 5 años su curso lectivo con un año adicional para quienes deseen seguir carreras universitarias) y extender su cobertura. También acelerar la utilización de la enseñanza dual. No se puede posponer la profunda reforma en la selección, apoyo inicial y evaluación correctiva de los docentes para poder crear habilidades en los estudiantes.
  8. Frente a la informalidad urge la aprobación de la condonación de las deudas del pasado con la seguridad social de los actores informales, así como establecer reglas de entrada a la formalidad bajas y graduales en su aumento y eliminar las trabas y dificultades para formalizarse. Es inaceptable el lugar tan bajo que ostentamos en las evaluaciones del Foro Económico Mundial respecto a tramitología y tiempo para permisos gubernamentales.
  9. Finalmente se deben efectuar todas estas acciones sin dejar de lado que el desarrollo no solo debe ser eficiente, justo y participativo, sino también sostenible. Nuestro país esta comprometido con un plan de descarbonización que los estudios han demostrado es rentable, pero que requiere dientes para que de inmediato empiece a dar efectos y a generar los nuevos puestos de trabajo de una economía verde y circular. Esto además de los cambios en la oferta y los precios de la electricidad, requiere el plan de sectorización del transporte público y su electrificación, todo integrado en una moderna planificación urbana que demanda el tren eléctrico.

La tarea es mayúscula. Vencer en las elecciones no llevará a los ganadores a un lecho de rosas. Urge que se generen empleos para poder disminuir la pobreza. Y si no queremos que la convulsión social y la justificada ira del pueblo pueda enturbiar nuestra paz social, es mejor que los próximos gobernantes lleguen bien preparados y sin engañar al electorado con falsas promesas de soluciones fáciles e instantáneas.

PhD. Miguel Ángel Rodríguez Socio Consultor Ecoanálisis
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