RESPUESTAS A INTERROGANTES ECONÓMICAS

Este artículo pretende dar respuesta a algunas interrogantes que se plantean con cierta frecuencia en el ámbito económico.

  1. ¿Cuál es el estado de la economía nacional?
    Es complejo y muy crítico; nunca antes en las últimas cuatro décadas estuvimos en peor situación. Algunos indicadores al final de este 2020 lo evidencian: el des balance fiscal superará el 9% del PIB; la deuda del gobierno/PIB llegará al 70%; sólo el pago de intereses ascenderá al 5% del PIB; la producción caerá alrededor de 5%; el desempleo oscilará alrededor del 20%; la informalidad está cerca del 50%; la pobreza supera el 25%; el premio por el riesgo país es de lo más elevados; la calificación soberana es especulativa con perspectiva negativa. En el 2021 el déficit fiscal, las necesidades de financiamiento y la deuda serán del 8%, 15% y 80% en términos del PIB, respectivamente; cifras insostenibles y que urgen ser modificadas para contar con la confianza de los mercados financieros. De no actuarse a la brevedad, los bonos soberanos podrían recalificarse como basura, según la jerga financiera.
  2. ¿Cuáles son las principales causas?
    Como la mayoría de fenómenos, las causas son variadas, coyunturales y estructurales. En el diagnóstico sobresalen la gran expansión del sector público, el exagerado gasto y transferencias corrientes, y las altas pensiones. También destacan los altos costos de los servicios (agua, electricidad, combustibles, internet), la falta de infraestructura, los trámites engorrosos, la escasa competencia en algunas actividades y la pobre educación pública. La apreciación real del tipo de cambio, sustentado con recursos externos para financiar gastos corrientes y de consumo, también ha afectado negativamente los sectores comerciales internacionalmente, incluyendo los que compiten con las importaciones. Los problemas se agravaron con las medidas y restricciones adoptadas, nacional e internacionalmente, para enfrentar la pandemia.
  3. ¿Estamos al borde de una crisis?
    Desde la perspectiva de la economía real, Costa Rica ya está en una severa crisis. El dinamismo de la actividad económica es cada vez menor, la inversión nacional y extranjera se ha contraído, muchas empresas cierran operaciones y se trasladan a otros mercados vecinos, el desempleo es elevadísimo y estructural, la informalidad es muy alta, la pobreza en ascenso y la
    distribución del ingreso preocupante. La confianza de consumidores,
    inversionistas y empresarios es cada vez menor; el ambiente de negocios es paupérrimo y las perspectivas no son halagüeñas. Después de una caída del PIB real de 5% este año (casi 7% per cápita), el rebote del próximo año será máximo de 2,5%, la mitad del promedio mundial. Para bien o para mal, estas crisis reales no se perciben con tanta rapidez, ni se tiene plena conciencia de su existencia. Generalmente termina afectando a los ciudadanos menos calificados, a los jóvenes y a las mujeres.
  4. ¿Por qué no hemos sufrido una crisis financiera?
    A pesar de la crisis en el sector real, nuestro país ha mantenido una relativa estabilidad financiera. La tasa de inflación ha sido bajísima en los últimos años, el tipo de cambio se ha controlado y las tasas de interés de los préstamos bancarios incluso han bajado en términos nominales. La insuficiencia de la demanda privada, el exceso de capacidad y el bajo déficit de la cuenta corriente, así como las reducidas tasas internacionales de interés, la abundante liquidez mundial, los ingresos de capital públicos y privados han permitido financiar los desequilibrios fiscales. El gobierno ha contado con una alta disponibilidad de recursos internos provenientes de superávits de instituciones públicas y fondos de los bancos comerciales, pensiones y seguros. Más recientemente ha encontrado apoyo en los organismos financieros internacionales. El exceso de gasto público se ha logrado financiar y se ha pospuesto el ajuste, pero el límite se está agotando.
  5. ¿Podemos caer pronto en una crisis financiera?
    Es difícil saber con certeza si la crisis real se profundizará con una de dimensiones financieras. Estamos cerca pero el país ha demostrado una gran resiliencia para capearla. Han contribuido las favorables condiciones financieras internacionales y la existencia de un mercado interno cautivo con abundantes recursos liberados por el sector privado, dada la contracción de la demanda. Sin embargo, la incertidumbre fiscal y la falta de acciones han incrementado los riesgos y disminuido las entradas netas de capital. Las reservas monetarias internacionales, uno de los principales indicadores adelantados, han logrado mantenerse en términos absolutos a base de endeudamiento externo. Durante este 2020 disminuirán alrededor de unos US$1.500 millones, a pesar de que el gobierno recibió casi US$1.500 millones de préstamos multilaterales. La crisis financiera sólo podrá evitarse con un fuerte ajuste fiscal y con recursos externos complementarios, cuyo acompañamiento del Fondo Monetario Internacional (FMI) luce indispensable en la actual coyuntura.
  6. ¿Hay tiempo para evitar una crisis financiera?
    Aún estamos a tiempo para evitar una crisis financiera, cuyos costos son muy elevados y prolongados. La economía ha demostrado gran resistencia y los inversionistas han dado el beneficio de la duda. En las últimas semanas los bonos soberanos se han recuperado sin haberse adoptado un comprensivo programa de ajuste, con solo brindar algunas señales y la intención de retomar el convenio con el FMI. La gran liquidez internacional y el deseo de los inversionistas de asumir mayores riesgos, así como el mercado doméstico cautivo de fondos de pensiones, seguros, bancos y de instituciones públicas son los grandes aliados en esta coyuntura. El gobierno debe poner manos a la obra y plantear las reformas requeridas a la brevedad. Hemos contado con el beneplácito de la mejor Asamblea Legislativa de los últimos tiempos. No debe desaprovecharse tanto desprendimiento y patriotismo de la oposición. No hay espacio para cálculos electorales, ni seguir posponiendo las verdaderas soluciones.
PhD. Norberto Zuñiga
Socio Consultor Ecoanálisis
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